Membresías en páginas de citas: No todo es lo que parece
Membresías en páginas de citas: No todo es lo que parece
Nuestro trabajo consiste en encontrar las mejores webs para ligar, y en este proceso prestamos especial atención a las experiencias de los usuarios. Rastrear y analizar sus opiniones en la red nos ayuda a entender mejor por qué a veces no quedan satisfechos con un servicio. En este artículo vamos a describir los problemas más habituales con membresías y suscripciones a algunas páginas de citas.
Comencemos por aclarar de qué estamos hablando. La mayoría de estas webs nos permiten crear una cuenta sin pagar nada, pero con esto solo obtenemos un acceso bastante limitado. A veces, con un perfil básico no podemos ver las fotos de otros usuarios ni mirar sus perfiles. Así ni siquiera podemos evaluar si parecen miembros reales, o si nos pueden resultar atractivos. Por supuesto, tampoco tendremos oportunidad de chatear libremente con nadie. Lo más común es que simplemente se nos permita explorar la plataforma un poco, para hacernos una idea de cómo funciona todo.
Atención a las condiciones
Sin embargo, como miembros de pago estamos adquiriendo un estatus especial en la página. Con ello conseguimos ciertos privilegios “premium” o “VIP”, como por ejemplo acceso a funciones especiales. La mayoría de estas membresías se venden como una suscripción. Esto implica que al comprarla obtenemos este estatus por un tiempo determinado. Al terminar ese periodo de validez, el acuerdo se renueva automáticamente y se deduce de nuestra tarjeta el pago por un nuevo periodo. Esto suele explicarse en las condiciones de uso. Cuando queramos dejar de utilizar el servicio, será necesario tomar la iniciativa para darse de baja, impidiendo así futuros pagos.
El problema no son las renovaciones automáticas en sí. Al fin y al cabo, este formato es muy habitual en la industria de las citas en línea. Sin embargo, muchos usuarios no son conscientes de lo que implica el formato de suscripción. Por eso, a menudo nos encontramos con quejas donde el cliente piensa que se les está cobrando sin motivo por un servicio que ya no desean.
Falta de transparencia
Pero la responsabilidad no solo recae en el usuario. Hay empresas poco fiables que no son transparentes con sus clientes. En realidad, no tienen intención de ofrecer un servicio de citas de calidad. Así urden una trampa, para hacernos creer que hay usuarios tratando de contactarnos. Quizá no podamos comunicarnos con estas personas, ni ver sus perfiles siquiera. Y cuando compremos una membresía para chatear, nos daremos cuenta de que no hay miembros reales en la plataforma. Sus mensajes solo eran un cebo para engancharse al chat. Será entonces cuando muchos clientes intenten cancelar, y surjan nuevos problemas.
Es bastante habitual que estas compañías poco fiables sean muy difíciles de contactar. A veces pueden proporcionar información de contacto errónea, números de teléfono inventados, o formularios de contacto y direcciones de email donde nadie responde. Si contestan, puede que atiendan al cliente dando rodeos, sin concretar nunca la cancelación. En algunas ocasiones varias empresas comparten la misma supuesta dirección física, actúan en grupo y gestionan varias webs de este tipo. También es habitual que la compañía cambie de nombre regularmente, para que no podamos seguirles la pista, y así entorpecer cualquier queja o denuncia.
El que hace la ley
También es posible que las propias condiciones de la suscripción hagan imposible cancelar el contrato cuando queramos. Ciertos portales de citas ofrecen membresías de prueba que duran uno o tres días, por ejemplo. Estas membresías suelen ser una opción muy popular entre nuevos usuarios. Al ser breves y baratas, parecen una oportunidad de probar el servicio y ver si hay usuarios atractivos sin comprometerse demasiado. A menudo, la inversión es de solo un par de euros, con lo que a primera vista parece una alternativa muy económica y prudente.
Pronto llegan los problemas. Como de costumbre, el operador impone que todos los acuerdos se renueven automáticamente a menos que nos demos de baja. Al mismo tiempo, exigen que cancelemos la membresía con más de 72 horas de antelación para evitar las renovaciones. Por definición, esta condición no se puede cumplir si la prueba solo dura 1 ó 3 días. Desde el momento en que adquirimos una membresía de prueba, estaríamos siendo arrastrados a la renovación de nuestro contrato. Además, el contrato de un par de días se suele convertir en una membresía mensual, la opción más cara de todas.
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Cancelación complicada
Si bien se advierte de todo esto en los términos y condiciones, la trampa está escondida a plena luz del día. De un momento a otro, los usuarios se encontrarán con un cobro imprevisto en su cuenta de banco. Como no eran conscientes del trato al que habían accedido, se apresuran a compartir sus quejas en la red. Nuestro equipo de expertos termina leyendo muchos de estos comentarios. A menudo hemos sido testigos de cómo sus intentos de cancelación son ignorados, o de cobros injustificados que se acumulan sin explicación alguna.
Otra técnica que emplean estas compañías poco fiables es que exigen darse de baja de una manera demasiado complicado. Hemos visto páginas en las que era necesario rellenar un formulario detallado, que después debía enviarse por fax, correo tradicional o certificado. A esto se suele añadir el hecho de que la empresa está registrada en el extranjero, incluso con una dirección ficticia. En estos casos es muy fácil adquirir el servicio, pero la cancelación se convierte en una pesadilla.
¿Qué puedo hacer en estos casos?
Puede que tratar de contactar a la compañía para conseguir justicia sea una pérdida de tiempo. Entre tanto, probablemente sigan extrayendo dinero de tu tarjeta. Por eso recomendamos comenzar por contactar a tu banco, para parar de inmediato todos los pagos a esa empresa. Es muy posible que tu entidad identifique a la compañía como una organización con mala reputación. Te aseguramos que no eres el primero que se ve en este problema.
Otra alternativa es cancelar directamente tu tarjeta, aunque como consumidor esto te traerá más quebraderos de cabeza. Pero al menos así podrás parar los cobros de inmediato. Más tarde puedes poner una denuncia para tratar de recuperar el dinero perdido. Lamentablemente, esto puede ser muy difícil. Como ya hemos mencionado, es probable que jamás conozcamos la ubicación real de los responsables. Al estar radicados en el extranjero, todo se vuelve muchísimo más complicado. Estas empresas saben muy bien lo que hacen, y se salen con la suya gracias a que raramente es rentable concretar una denuncia.
Conclusión
Es fundamental leer los términos y condiciones antes de contratar una membresía en una página de citas. Recuerda que suelen tener formato de suscripción, de modo que al terminar el periodo de validez se renuevan automáticamente. Por eso deberías conocer de antemano el procedimiento para darte de baja del servicio. Haz todo lo posible para asegurarte de que en la zona de miembros haya personas reales en busca de una relación.
También es buena idea buscar en Internet el nombre de la página por un lado, y por otro el de la empresa responsable junto a la palabra “experiencia”, “reseña” u “opiniones”. Así verás si hay quejas de otros clientes. También podemos ayudarte, si prefieres hacer tu vida más sencilla. Simplemente echa un vistazo entre los portales que recomendamos, o lee nuestro artículo acerca de cómo reconocer chats con perfiles ficticios.
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